Hola, soy yo
Noté algo.
Mi nivel de actividad social está limitado inmensamente por mi manera de pensar y entender el mundo.
En situaciones sociales del tipo "yo-hacia-tí-que-recién-conozco" soy invencible. Es extremadamente fácil sonreir, escuchar, hacer aportes.
En las del tipo "yo-hacia-tí-que-me-vienes-conociendo" empiezo a caerme. Ya no es tan fácil mirar a los ojos con cara de "mi vida está bien, hablemos de la tuya". No puedo sacarme de la cabeza mis problemas y la gente se da cuenta rapidísimo, porque en cierto punto paran de hablar al darse cuenta de que le hablan a alguien que no está ahí.
En las del tipo "yo-hacia-tí-que-me-conoces-y-vaya-que-me-conoces" vuelvo a ser invencible. Ya no importan mis problemas porque tú ya los conoces, así que no eso fuera del camino podemos de hecho construir conclusiones útiles para uno o para ambos. En este nicho están todos mis amigos (los dos) y amigas.
(nota no relacionada: el ultimo album de depeche mode no me convence de ir a verlos en octubre)
Han notado que solo hablo de situaciones donde no hay más que dos sujetos? eso es a propósito. En grupos simplemente colapso. Me convierto en el silencioso de la cabecera de mesa, el que habla solo cuando le hablan.
No sé porqué lo hago. Sospecho que es porque me encanta escuchar historias, entender todo lo que se me pone enfrente o simplemente creo que mi vida es eso, mía, y no parece conveniente esparcir sus detalles por el mundo sin control, o al menos no de forma directa (nótese que esto es un blog extremadamente personal abierto a cualquier dispositivo con un web browser o rss).
Esto me viene a la cabeza porque hace poco la gente de MACHOTES (aquel blog que fundé hace dos años mas o menos) celebró reunida su aniversario, y yo vine a enterarme días después.
Me sorprendió lo mucho que me dolió eso. Lo disimulé como pude con ese humor tan irritante que hago nacer cuando prefiero esconder lo que en realidad siento, pero por dentro quedé destrozado. Estuve fácil un par de días bajando la vista cada vez que lo recordaba. Se lo conté a la Morgana y me ayudó a estar mas tranquilo (me ayudó mucho, de hecho), pero aun ahora me apreta un poco el pecho.
Ahora que pasaron algunos días pude ver porqué me dolió tanto. Con ese grupo de gente me sentía de hecho cómodo. Cuando nos juntamos me sentí respetado, escuchado, con capacidad de contribuir, en fin.. casi como cuando converso con algun amigo o amiga de años. Y que se hayan reunido a copetear en un pub me dejó mal parado, fuera de orden, como si no hubiera tenido nunca ese nicho de comodidad. Como si me lo hubieran quitado.
Y como dicen los ciudadanos de la resistencia ante Gordon Freeman en el suelo muerto por una granada cualquiera: "¿y ahora qué?"
¿Masones? ¿informáticos? ¿derechistas (protégeme, Señor)?
Ni idea. Ya se verá. O tal vez sencillamente no soy una persona de grupos. Hace mucho aprendí que no tiene nada de malo, pero eso no significa que no te den ganas de serlo.
Supongo que tendré que volver a esas reuniones mensuales con mis dos amigos y uno que otro ser emergente. Con eso tendrá que bastar. Esto sea aparte de mis reuniones trimestrales con amigas especiales, sin esas conversaciones eternas si que me muero.
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