Incomunicado

(escribí esto hace un par de días, pero no había podido subirlo hasta ahora)

Estoy escribiendo esto a las 5 de la madrugada, sentado en mi cama con el pelo alborotado. Es difícil dormir cuando se echa de menos, sobre todo cuando no se tiene claro qué. Una parte de mí se arrastra a mis 16, cuando escribí un párrafo sobre el amor tan preciso y abrumador que sobrevivió en mi memoria estos 8 años. Sin embargo de él solo recuerdo imágenes, imágenes de la casa de la cultura, de mí y una cámara réflex, de una amiga que de no ser por ese día habría desaparecido por completo. Tengo las fotografías, pero no tengo el párrafo. ¿Subo una? claro que no. Ese recuerdo es solo para mí.

Sigo asustado respecto de los momentos decisivos. No hablo de los que emergen de la caja idiota, sino que de los concretos: cuando no abracé a mi abuelo, cuando me bajé del taxi en silencio, cuando le dije que no a esa mujer.

Es imposible no tener en cuenta el poder de una decisión, sin embargo aun las tomo sin pensar. Imagino que debe ser así, mentar una decisión es sinónimo de no querer tomarla. Solo hay que permitirse el misterio de tener voluntad, el resto está por salir detrás del telón.

Mañana caminaré un cerro con la mujer que amo. La mujer que amo es intrigante, cuesta detenerme a pensar en sus motivos. Rara vez he sentido que merezco a una buena mujer, y con toda honestidad nunca he creido cuando me dicen "guapo" o "mino" entonces mis antecedentes de mujeriego no me calzan. En fin, es pasado. No quiero otra mujer.

Lo que irradia Carolina es difícil de traducir. Pero es evidente. Eso es tan bueno como problemático: lo que veo yo también lo ven otros, y es agotador espantar a los monos. Ambos renunciamos a relaciones largas y estables para estar juntos, y ha sido extremadamente difícil (sobre todo por su familia) pero no pienso retroceder. Lo que siento por ella lo vale.

Carolina tiene una hija, fruto de una relación anterior. Es origen de conflictos, no puedo negarlo. Hay circunstancias a las que había estado acostumbrado y ahora no las puedo tener (como ir a la casa de mi polola una tarde, irme con ella fuera de Santiago por unos dias, etc) y eso me provoca desazón. Sin embargo, insisto, lo que siento por ella lo vale.

Ya.. no los aburro más. Un gusto escribir, ahora los voy a leer.

Abrazos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ella debe valer la pena, vaya ahora si que si, todos estan de noviazgo en estos días.
me gusta la foto del auto antiguo que sale en el principio de tu blog.
Anónimo ha dicho que…
Y???
Cómo va todo?
Mil tiempo sin leerte... y parece que tú más tiempo sin escribir.
Abrazos.

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