Oportunidades románticas al WC

Más de una vez perdí oportunidades que desfilaron ante mis ojos por simple falta de atención. Tiempo después (a veces años) repasé esos episodios para recién entender lo que estaba pasando. Ahora me enfocaré en las románticas, sólo por complicarme la vida un rato.

Cuando tenía 16 era un bosquejo de poeta con un severo desorden alimenticio, que por alguna razón resultaba atractivo. Sin embargo yo no tenía idea. Un buen ejemplo es cuando iba en taxi-colectivo hacia mi casa y tenía junto a mí a la pelirroja más linda que recuerdo. Era de mi edad, y no dejó de mirarme con brillantes ojos grises desde el momento en que entré al auto. Me sonrió los 20 minutos de viaje. Por lo menos dos veces hizo ademanes de comenzar una conversación retractándose justo antes de comenzar. Yo? Nada. Estaba ahí sentado, mirando los espejitos del colectivo (como hago siempre al ir de pasajero en un auto) preguntándome si ella creía conocerme de algún lado o algo así. Tenía CERO NOCIÓN de lo que realmente sucedía. Finalmente me bajé, viendo su rostro de decepción, una imagen que permanece en mi memoria hasta hoy recordándome lo soberanamente idiota que fui.

La siguiente fue alrededor de mis 21. Estaba sentado en un andén del metro jugando PSP cuando levanté la vista mientras cargaba un nivel (Si mal no recuerdo, de Silent Hill Origins). Al mirar, en el andén del frente otra pelirroja bellísima me estaba mirando absorta, y avergonzada de que la hubiera descubierto. Bajó la mirada un segundo y finalmente me volvió a mirar con una sonrisa tímida. Ahora ustedes se dicen "ah, obviamente este tipo entendió lo que estaba pasando e hizo algo al respecto" NO SEÑORES. Por mi mente pasó una frase muy parecida a la siguiente: "a esa chiquilla también le gustan las PSP parece". Otro segundo más, el juego cargó, llegó un tren y no la vi más. Pasó un buen tiempo antes de yo entendiera lo que había pasado.

Finalmente (y esta es la que más me duele) cuando tenía unos 19, acabando de terminar una clase cuando estudiaba Letras, una pelirroja (sí, parece que tengo algo que atrae a las pelirrojas) que me había estado mirando de reojo toda la clase se me acerca, sonríe y dice "hola, tienes más clases después de esta?" y yo, completamente en blanco y sin entender lo que estaba pasando, dije "sí", para luego levantarme del banquillo y salir de la sala como si nada. JESÚS. ¿Me costaba tanto decir "si, pero si quieres nos juntamos después y comemos algo"? O cualquier otra cosa?? ah?? Jaime del pasado, a tí te hablo. ¡Cómo tan idiota!

Ya está. Mala idea recordarme esto. Sólo sirve para constatar que ahora soy un gordo asqueroso y esas oportunidades ya se fueron, siendo imposible que vuelvan.

Aunque la verdad, las pelirrojas del colectivo y de la sala de clases eran casi idénticas, si no la misma... ¿habré tenido una stalker y nunca me enteré?

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